Queremos ser la voz de los ciudadanos y ejercer de portavoces cuando ellos mismos no puedan decidir de modo directo.
Estamos en contra de la profesionalización de la política, de la existencia de cargos de confianza, y de sueldos astronómicos para los cargos públicos.
Solo dando ejemplo y siendo fieles representantes del mandato ciudadano, será posible la recuperación de la confianza en la política y nuestro objetivo último: democratizar la democracia.